lunes, 7 de octubre de 2019

La Puerta de la Poesía: dos poemas de Mari Oliver, de "Dog Songs"


LA CANCIÓN DE LA CHATARRERÍA DE LUKE

Nací en una chatarrería,
ni siquiera sobre un montón de trapos
ni en el asiento de un viejo coche destrozado.
Yo nací bajo el polvo.

Pero cuando mis ojos se abrieron
pude arrastrarme hasta un lado para ver
los árboles y la hierba moviéndose.
Fue entonces cuando empecé a soñar
aunque los gusanos me estuvieran comiendo.

Y por la noche, a través del metal retorcido,
vi una única estrella -una, ni tan siquiera dos.
Su luz era algo formidable
y me enseñó algo muy valioso
que también será útil para ti.

Aunque los gusanos seguían mordiendo y pellizcando,
me enamoré de aquella estrella.
La miraba fijamente cada noche,
aquella luz tan clara y lejana.

Escucha, un cachorro de chatarrería
aprende a soñar muy rápido.
Escucha, lo que veas y ames
es lo que eres.


BENJAMÍN, QUE VINO
DE QUIÉN SABE DÓNDE

¿Qué debo hacer?
Cuando agarro la escoba
   él se marcha del cuarto.
Cuando traigo la leña
   corre por el patio.
Después vuelve, y nos abrazamos
   por mucho tiempo.
En su pecho agachado puedo oír
   cómo su corazón se calma.
Entonces froto sus hombros
   y beso sus pies
y acaricio sus largas orejas de sabueso.
Benny, le digo,
no te preocupes. Yo también conozco el modo
   en que la antigua vida persigue a la nueva.



Mary Oliver, Dog songs. (Treinta y cinco poemas y un ensayo). Valparaíso ediciones, 2015.

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