martes, 23 de mayo de 2023

VISITA DE JUAN MATA A NUESTRA BIBLIOTECA

 

La mañana del martes, día 23 de mayo, tuvimos el honor de recibir en la biblioteca de nuestro centro a Juan Mata Anaya que vino a conversar con los alumnos de 1º y 2º de ESO sobre su nuevo libro titulado Al otro lado del bosque (publicado recientemente por la editorial Anaya). Lo primero que hizo nuestro invitado fue mostrar su felicidad por encontrarse en un espacio, el IES Ilíberis, que fue lugar de trabajo de su mujer, Andrea Villarrubia, durante muchos años, y sobre todo, por encontrarse en la biblioteca que ella prácticamente echó a andar y en la que puso tanto amor y tanta dedicación.


Juan, muy consciente de la distancia que puede separarlo de unos chicos de 13 años, intentando siempre ponerse en el lugar de aquellos que lo miran, comenzó interrogando a sus interlocutores sobre si ellos pensaban que un adulto como él podía tener algo que decirles. Ellos contestaron que sí y Juan coincidió en que él también lo creía así y que con esa convicción había escrito el libro. Continuó preguntándoles sobre los temas que les preocupan. Las respuestas fueron variadas, desde las calificaciones escolares a la muerte o a qué se dedicarán en el futuro. Estos temas, entre otros, les dijo el autor, son los que trata en su libro, así que no se había equivocado al elegirlos.

El encuentro continuó con la lectura de algunos fragmentos, a petición del alumnado o a elección del autor, y la conversación se deslizó hacia el terreno personal. Un alumno habló por primera vez delante de sus compañeros/as de la muerte de su madre. Otros recordaron la pérdida de un abuelo. Alguno relató algún episodio de acoso que había presenciado en el colegio; aunque realmente el intercambio que quizá merezca mención fue el generado ante el tema del sentido de la vida. Hubo varias intervenciones y llegaron a la conclusión de que son los demás los que te pueden sostener cuando, por la razón que sea, no se encuentra sentido a nada. Reflexionaron sobre el perjuicio de la soledad y sobre la necesidad de sentirse acompañados, cómo nuestra vida puede cambiar o cobrar sentido gracias a los demás. De pronto Juan, como el que les descubre algo maravilloso, les dijo “¿Sabéis que estáis filosofando?”. Y hubo risas, sorpresa, quizá cierto orgullo o tal vez descreimiento. ¡Filosofando! Pero es así, pensar en las cuestiones que, como seres humanos, nos preocupan. Hablar de esas cuestiones grandes o pequeñas que muchas veces no encuentran el lugar o el momento para ser compartidas.

Y no solo hubo palabras. También hubo silencios. Silencios más largos de los que acostumbramos a tolerar, con una mansa lluvia de mayo al fondo. Porque a Juan no le asustan los silencios. Los silencios, como él nos dijo, son necesarios para pensar. Hay preguntas que no se pueden responder inmediatamente. Hay preguntas que necesitan incluso toda una vida para ser respondidas. Después, cuando despedimos al alumnado, continuamos charlando con él sobre la necesidad de que el aula sea un lugar con un ritmo diferente, donde el tiempo pueda ser lento, donde se permita el silencio y el tiempo para pensar. No se puede conseguir el pensamiento crítico o la educación emocional sin detener ese ritmo apresurado con el que parece que hay que hacerlo todo. La mayor innovación educativa hoy en día pudiera ser facilitar esos espacios sin prisa, espacios para leer, pensar y conversar sin la obligación de mostrar un producto o cumplir planificaciones irreales.

Y así terminó la mañana, dejándonos un sabor a lluvia, manzanilla y café mezclado con las ganas de volver a conversar con Juan y de seguir leyendo Al otro lado del bosque, un libro que, además de prestarse a la lectura individual y silenciosa, es un puente magnífico que nos ayuda a leer y a pensar juntos como seres humanos que habitan un mismo mundo y que tienen unas mismas preocupaciones.


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