Ardimos
juntas
Nos
quemaron por miedo a nuestros ojos,
a
la Verdad punzante que trepaba
por
muslos, senos, vientres y caderas.
Ardimos
juntas,
de
todo padre huérfanas.
Fuimos
brujas.
Engendramos
los verbos insurgentes
y
bailamos sin música ni oídos.
Removimos
mejunjes que podían
devolvernos
la voz, los pies, las alas.
Y
ellos,
postrados
ante sus cruces milenarias,
temblaron.
Subidos
a sus púlpitos de mármol,
temblaron,
sobre
nuestros cuerpos desnudos,
al
forzarnos,
temblaron.
El
miedo, que rompe todo cuanto encuentra,
atravesó
sus huesos
duros
como rocas
y
no cedió hasta que fuimos ceniza,
polvo,
ascua.
Fuimos
brujas. Amantes. Compañeras.
Y
ardimos juntas, mientras ellos temblaban.
Olalla Castro, La vida en los
ramajes, Devenir Poesía, 2013.
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