domingo, 29 de marzo de 2020

La Puerta de la Poesía: "Te llamo desde un muro", de Marcos Ana.


Mi casa y mi corazón

(Sueño de libertad)

Si salgo un día a la vida
mi casa no tendrá llaves:
siempre abierta, como el mar,
el sol y el aire.

Que entren la noche y el día,
y la lluvia azul, la tarde,
el rojo pan de la aurora;
La luna, mi dulce amante.

Que la amistad no detenga
sus pasos en mis umbrales,
ni la golondrina el vuelo,
ni el amor sus labios. Nadie.

Mi casa y mi corazón
nunca cerrados: que pasen
los pájaros, los amigos,
el sol y el aire.


Marcos Ana, Te llamo desde un muro, Ediciones Libertad para España, 1963

miércoles, 25 de marzo de 2020

Un poema de Aitana Ocaña, de su poemario "La tinta de mis ojos" (facilitado por Olga Ortiz de 4º de ESO C)

PERFECTO (OLFATO)
Solo tienes una casa,
Esa casa es tu cuerpo.
Y tu cuerpo es perfecto.
En serio, es perfecto.
Quizá tenga más pecas o estrías o pelos o kilos de los que te gustaría.
Quizá tenga menos.
Pero, hazme caso, tu cuerpo es perfecto.

Seguro que alguna vez has tenido ganas de mudarte al de otra persona.
Seguro que sí.
Yo he tenido ganas, y muchas.
Pero ¿sabes qué?
Esa persona por la que te habrías cambiado sin dudarlo, alguna vez, o más de una, ha querido cambiarse por otra.
Huir de ese cuerpo que a ti te parece tan perfecto porque ella lo odia.
Solo tienes una casa, un cuerpo. Y tu cuerpo hace cosas maravillosas, pese más o menos, tenga la piel más tersa o más caída, tu cuerpo respira, y estornuda, y te permite caminar, y dar besos y abrazos,
Y piensa,
Y siente,
Y canta,
Y respira,
Y palpita.
Solo tienes una casa, un cuerpo, sobre el que nadie más tiene derecho a opinar, a juzgar o decidir. En realidad solo es un envoltorio que oculta lo más importante,
Que está dentro,
Y eres tú.
Ama tu casa.
Cuídala.
No te acomplejes de ella ni la ocultes.
Defiéndela.
Es la única que tienes para vivir esta vida.
Este momento.
Que es el momento ideal
Para disfrutar en tu cuerpo perfecto.

lunes, 23 de marzo de 2020

La Puerta de la Poesía: "Uno no escoge", de Gioconda Belli (con lectura de Andrea Villarrubia)




Uno no escoge, Gioconda Belli.



Uno no escoge el país donde nace;
Pero ama el país donde ha nacido.
Uno no escoge el tiempo para venir al mundo;
Pero debe dejar huella de su tiempo.
Nadie puede evadir su responsabilidad.
Nadie puede taparse los ojos, los oídos,
Enmudecer y cortarse las manos.
Todos tenemos un deber de amor que cumplir,
Una historia que hacer
Una meta que alcanzar.
No escogimos el momento para venir al mundo:
Ahora podemos hacer el mundo
En que nacerá y crecerá
La semilla que trajimos con nosotros.

(Si queréis escuchar una bella lectura del texto, os dejamos un enlace al perfil de Facebook de Doña Andre Villarrubia Delgado, que fue profesora de Lengua Castellana y Literatura de nuestro centro).




https://www.facebook.com/andrea.villarrubiadelgado/videos/2196008700502156/

lunes, 16 de marzo de 2020

La Puerta de la Poesía: "Creo en el Hombre", Ángela Figuera Aymerich.



CREO EN EL HOMBRE


Porque nací y parí con sangre y llanto;
porque de sangre y llanto soy y somos,
porque entre sangre y llanto canto y canta,
creo en el hombre.

Porque camina erguido por la tierra
llevando un cielo cruel sobre la frente
y plomo del pecado en las rodillas,
creo en el hombre.

Porque ara y siembra sin comer el fruto
y forja el hierro con el hambre al lado
y bebe un vino que el sudor fermenta,
creo en el hombre.

Porque ser ríe a diario entre los lobos
y abre ventanas para ver los pinos
y cruza el fuego y pisa los glaciares,
creo en el hombre.

Porque se arroja al agua más profunda
para extraer un naúfrago, una perla,
un sueño, una verdad, un pez dorado,
creo en el hombre.

Porque sus manos torpes y mortales
saben acariciar una mejilla,
tocar el violín, mover la pluma,
coger un pajarillo, sin que muera,
creo en el hombre.

Porque apoyó sus alas en el viento,
porque estampó en la luna su mensaje,
porque gobierna el número y el átomo,
creo en el hombre.

Porque conserva en un cajón secreto
una ramita, un rizo, una peonza
y un corazón de dulce con sus letras,
creo en el hombre.

Porque se acuesta y duerme bajo el rayo
y ama y engendra al borde de la muerte
y alza a su hijo sobre los escombros
y cada noche espera que amanezca,
creo en el hombre.

Ángela Figuera Aymerich,
en Obras Completas, Hiperión, 2009.

domingo, 8 de marzo de 2020

La Puerta de la Poesía: "Libertad, tu nombre escribo", Paul Éluard (sugerencia de Andrea Villarrrubia).


LIBERTAD, TU NOMBRE ESCRIBO
En mi cuaderno escolar
en el pupitre y los árboles
en la arena y en la nieve
tu nombre escribo
En las páginas leídas
en las páginas aún blancas
piedra papel sangre o ascuas
tu nombre escribo
En las doradas imágenes
en los pertrechos guerreros
en la corona real
tu nombre escribo
En la jungla y el desierto
en los nidos de las cumbres
en el eco de mi infancia
tu nombre escribo
En los asombros nocturnos
en el pan blanco del día
en las épocas del año
tu nombre escribo
En mis jirones de azul
en la charca sol mohoso
en el lago luna viva
tu nombre escribo
En los campos y horizontes
en las alas de las aves
en el molino de sombras
tu nombre escribo
En el alba a bocanadas
en el mar en los navíos
en la montaña demente
tu nombre escribo
En la espuma de las nubes
en el sudor de tormenta
en la lluvia densa y sosa
tu nombre escribo
En formas que son centellas
en campanas de colores
en la física verdad
tu nombre escribo
En los senderos despiertos
en las rutas desplegadas
en las plazas desbordantes
tu nombre escribo
En la lámpara encendida
en la lámpara apagada
en mis casas reunidas
tu nombre escribo
En la fruta dividida
del espejo y de mi cuarto
en mi cama concha abierta
tu nombre escribo
En mi perro ávido y tierno
en sus orejas alzadas
en su pata desmañada
tu nombre escribo
En mi puerta trampolín
en las cosas familiares
en el fuego bendecido
tu nombre escribo
En toda carne acordada
en la frente del amigo
en cada mano tendida
tu nombre escribo
En el cristal del asombro
en los labios entreabiertos
por encima del silencio
tu nombre escribo
En mis refugios destruidos
en mis faros derrumbados
en los muros de mi hastío
tu nombre escribo
En la ausencia sin deseos
en la soledad desnuda
en las gradas de la muerte
tu nombre escribo
En la salud recobrada
en el peligro que huye
en la esperanza sin anclas
tu nombre escribo
Y el poder de una palabra
me hace volver a la vida
nací para conocerte
y nombrarte
Libertad
PAUL ÉLUARD
Traducción de Jesús Munárriz

lunes, 2 de marzo de 2020

La Puerta de la Poesía: "Primera fotografía de Hitler", de Wislawa Szymborska




Primera fotografía de Hitler


¿Y QUIÉN ES ESTE NIÑO con su camisita?
Pero ¡si es Adolfito, el hijo de los Hitler!
¿Tal vez llegue a ser un doctor en leyes?
¿O quizá tenor en la ópera de Viena?
¿De quién es esta manita, de quién la orejita, el ojito, la naricita?
¿De quién la barriguita llena de leche? ¿No se sabe todavía?
¿De un impresor, de un médico, de un comerciante, de un cura?
¿A dónde irán estos graciosos piecitos, a dónde?
¿A la huerta, a la escuela, a la oficina, a la boda
tal vez con la hija del alcalde?


Cielito, angelito, corazoncito, amorcito,
cuando hace un año vino al mundo,
no faltaron señales en cielo y en la tierra:
un sol de primavera, geranios en las ventanas,
música de organillo en el patio,
u presagio favorable envuelto en un fino papel de color rosa.
Antes del parto, su madre tuvo un sueño profético:
ver una paloma en sueños, será una buena noticia;
capturarla, llegará un visitante largamente esperado.
Toc, toc, quién es, así late el corazón de Adolfito.


Chupete, pañal , babero, sonaja,
el niño, gracias a Dios, está sano, toquemos madera,
se parece a los padres, al gatito en el cesto,
a los niños de todos los demás álbumes de familia.
Ah, no nos pondremos a llorar ahora, ¿verdad?,
mira, mira, el pajarito, ahora mismo lo suelta el fotógrafo.


Atelier Klinger, Grabenstrasse, Braunen,
y Braunen no es una muy grande, pero es una digna ciudad,
sólidas empresas, amistosos vecinos,
olor a pastel de levadura y a jabón de lavar.


No se oye el aullido de los perros, ni los pasos del destino.
El maestro de la historia se afloja el cuello
y bosteza encima de los cuadernos.


 Wislawa Szymborska