lunes, 29 de mayo de 2023

LA PUERTA DE LA POESÍA: "Crónica", de J. M. Caballero Bonald


CRÓNICA

En noches de tormenta, mientras
crece el retumbo clamoroso 
del aguacero y la ventisca, se oyen
los naufragios antiguos
alojados aún bajo estas aguas.

Cientos de navíos perdidos
entre los tornadizos contrafondos
del estuario del Guadalquivir, sepultos
ya para siempre en las tumbas del cieno
que han ido acumulando los arrastres fluviales
por la alevosa barra de Sanlúcar.

Veo desde mi ventana ese confín
invulnerable, como anclado
en algún extrarradio de la mitología:
la frontera oceánica y fluvial
donde un día entendí
que también la experiencia dispone
de su linde ilusoria y sus zonas prohibidas.

Todo ese infausto, declinante esplendor
de metales preciosos, devorados
por las fuerzas famélicas del fango,
hizo siempre las veces de trasunto
de mi primer bosquejo de aventuras:
un designio imposible de riqueza
ocupando el lugar de tantas privaciones.

               J. M. CABALLERO BONALD, Diario de Argónida (1997), en Somos el tiempo que nos queda. Obra poética completa 1952-2005, Seix Barral, 2007

 

martes, 23 de mayo de 2023

VISITA DE JUAN MATA A NUESTRA BIBLIOTECA

 

La mañana del martes, día 23 de mayo, tuvimos el honor de recibir en la biblioteca de nuestro centro a Juan Mata Anaya que vino a conversar con los alumnos de 1º y 2º de ESO sobre su nuevo libro titulado Al otro lado del bosque (publicado recientemente por la editorial Anaya). Lo primero que hizo nuestro invitado fue mostrar su felicidad por encontrarse en un espacio, el IES Ilíberis, que fue lugar de trabajo de su mujer, Andrea Villarrubia, durante muchos años, y sobre todo, por encontrarse en la biblioteca que ella prácticamente echó a andar y en la que puso tanto amor y tanta dedicación.


Juan, muy consciente de la distancia que puede separarlo de unos chicos de 13 años, intentando siempre ponerse en el lugar de aquellos que lo miran, comenzó interrogando a sus interlocutores sobre si ellos pensaban que un adulto como él podía tener algo que decirles. Ellos contestaron que sí y Juan coincidió en que él también lo creía así y que con esa convicción había escrito el libro. Continuó preguntándoles sobre los temas que les preocupan. Las respuestas fueron variadas, desde las calificaciones escolares a la muerte o a qué se dedicarán en el futuro. Estos temas, entre otros, les dijo el autor, son los que trata en su libro, así que no se había equivocado al elegirlos.

El encuentro continuó con la lectura de algunos fragmentos, a petición del alumnado o a elección del autor, y la conversación se deslizó hacia el terreno personal. Un alumno habló por primera vez delante de sus compañeros/as de la muerte de su madre. Otros recordaron la pérdida de un abuelo. Alguno relató algún episodio de acoso que había presenciado en el colegio; aunque realmente el intercambio que quizá merezca mención fue el generado ante el tema del sentido de la vida. Hubo varias intervenciones y llegaron a la conclusión de que son los demás los que te pueden sostener cuando, por la razón que sea, no se encuentra sentido a nada. Reflexionaron sobre el perjuicio de la soledad y sobre la necesidad de sentirse acompañados, cómo nuestra vida puede cambiar o cobrar sentido gracias a los demás. De pronto Juan, como el que les descubre algo maravilloso, les dijo “¿Sabéis que estáis filosofando?”. Y hubo risas, sorpresa, quizá cierto orgullo o tal vez descreimiento. ¡Filosofando! Pero es así, pensar en las cuestiones que, como seres humanos, nos preocupan. Hablar de esas cuestiones grandes o pequeñas que muchas veces no encuentran el lugar o el momento para ser compartidas.

Y no solo hubo palabras. También hubo silencios. Silencios más largos de los que acostumbramos a tolerar, con una mansa lluvia de mayo al fondo. Porque a Juan no le asustan los silencios. Los silencios, como él nos dijo, son necesarios para pensar. Hay preguntas que no se pueden responder inmediatamente. Hay preguntas que necesitan incluso toda una vida para ser respondidas. Después, cuando despedimos al alumnado, continuamos charlando con él sobre la necesidad de que el aula sea un lugar con un ritmo diferente, donde el tiempo pueda ser lento, donde se permita el silencio y el tiempo para pensar. No se puede conseguir el pensamiento crítico o la educación emocional sin detener ese ritmo apresurado con el que parece que hay que hacerlo todo. La mayor innovación educativa hoy en día pudiera ser facilitar esos espacios sin prisa, espacios para leer, pensar y conversar sin la obligación de mostrar un producto o cumplir planificaciones irreales.

Y así terminó la mañana, dejándonos un sabor a lluvia, manzanilla y café mezclado con las ganas de volver a conversar con Juan y de seguir leyendo Al otro lado del bosque, un libro que, además de prestarse a la lectura individual y silenciosa, es un puente magnífico que nos ayuda a leer y a pensar juntos como seres humanos que habitan un mismo mundo y que tienen unas mismas preocupaciones.


lunes, 22 de mayo de 2023

LA PUERTA DE LA POESÍA: Fragmento de Memoria de la melancolía, de Mª Teresa León

 


Siempre haciendo algo. ¿Por qué siempre estaremos haciendo algo las mujeres? En las manos no se ven los años sino los trabajos. ¡Ah, esas manos en movimiento siempre, accionando, existiendo solas más allá del cuerpo, obedeciendo al alma! Yo miro las manos, las vuelvo, las acaricio un poco para ver la blandura de su temperamento, les busco los nudos que les dejó la vida, la cicatriz del ansia, la desesperación, la credulidad, la amargura de sentirse traicionadas...


¡Qué hermoso llamar palma a la mano abierta, al centro y corazón de la mano! Palma, lugar donde se van dibujando en la aguja imprevista de la existencia caminos, valles, senderos, ríos, lagos, silencios y algarabías. Te la doy por mujer.

Mª TERESA LEÓN, Memoria de la melancolía (1970)


lunes, 15 de mayo de 2023

LA PUERTA DE LA POESÍA: "La mano de mi madre", de Pia Tafdrup

 


LA MANO DE MI MADRE

Me baño en la quieta luz de una gota
y recuerdo cómo llegué a ser:
Un lapicero puesto en la mano,
la fresca mano de mi madre sobre la mía, cálida.
— Y así nos pusimos a escribir
entrando y saliendo de corales,
un alfabeto submarino de arcos y puntas,
de caracoles espirales, de estrellas marinas,
de blandientes tentáculos de pulpos,
de grutas y formaciones rocosas.
Letras que con sus cilios se abrían paso
vertiginosamente entre lo blanco.
Palabras como lenguados aleteando
y enterrándose en la arena
o anémonas oscilantes con sus cientos de hilos
en un quieto y único movimiento.
Frases como cardúmenes
que se hicieron de aletas y ascendían
y también de alas que en compás se agitaban,
palpitando como mi sangre que a tientas
golpeaba estrellas contra el cielo nocturno del corazón;
fue cuando vi que su mano había soltado la mía,
que yo hacía mucho, escribiendo, me había desasido de ella.

                                  PIA TAFDRUP,  Los caballos de Tarkovski, 2006 (traducido por Renato Sandoval y Thomas Boberg).


lunes, 8 de mayo de 2023

LA PUERTA DE LA POESÍA: "Hay en el tiempo dársenas...", de Rafael Guillén

 


[HAY EN EL TIEMPO DÁRSENAS...]

   Hay en el tiempo dársenas
en las que el incesante devenir
fondea; remansos que detienen
el curso natural
de las horas. Son como remolinos
que absorben la energía,
y la materia, libre,
recupera su ingravidez y el aire,
cristalizado, inmoviliza
toda acción.
                     Y es que, a veces,
el tiempo también pierde
su tiempo. Después sigue
fluyendo, ajeno siempre
a nuestra condición. Pero nos deja
la desazón de ese pequeño lapso
en que fuimos eternos.

          RAFAEL GUILLÉN, Las edades del frío (1997-1998), en Obras completas, Editorial Almed, 2010.