Angelina Gatell (Barcelona, 1926-
Madrid, 2017)
Poeta de la Generación
del 50, traductora y actriz de doblaje. Nacida en Barcelona, en una
familia trabajadora. Su infancia estuvo marcada por la Guerra Civil y
la posguerra. Su familia se trasladó al Vallés, desde donde veía
la huida de los que buscaban la frontera camino del exilio, y después
a Valencia, donde colaboró con el Socorro Rojo Internaciónal. Tuvo
que dejar de estudiar al quedar su padre inválido. Fue en Valencia
donde entró en contacto con grupos culturales y con artistas como
José Hierro y otros que publicaban entonces en la revista Corcel.
Trabajó como actriz de
teatro con Amparo Reyes y fundó en 1952, con el que sería su
marido, Eduardo Sánchez Lázaro, un teatro de cámara llamado El
Paraíso. Tuvo tres hijos.
En 1954 obtuvo el Premio
Valencia por Poema del soldado. La concesión del premio fue
polémica ya que algunos miembros del jurado se pusieron las manos en
la cabeza al comprobar que por tercera vez había ganado el premio
una mujer. Josefina Salvador, miembro del jurado, amenazó con
denunciar el cambio una vez abierta la plica.
Tras su traslado a Madrid, en 1958, Angelina empezó a formar parte de los
grupos y tertulias literarias de la capital. Allí entabló amistad y
visitó a Gerardo Diego, Vicente Aleixandre, Carmen Conde... y tantos
otros que vivían en aquellos años en la ciudad. Escribió críticas
literarias para distintas revistas como Poesía Española o Cuadernos
Hispanoamericanos. Trabajó para televisión (hizo de actriz,
guionista y dobladora), pero su carrera en este medio se vio truncada
por haber firmado una carta con otros intelectuales en contra de
Manuel Fraga y la represión de los mineros asturianos. Se le pidió
que se retractara pero no lo hizo. A partir de ahí, el programa para el que había escrito un guión sobre la biografía de Marie Curie suspendió su
emisión y más tarde se emitió con el nombre de otro guionista.
Ella consiguió cobrar sus derechos, pero fue despedida.
Siguió trabajando como
actriz, directora y guionista para otros estudios. En el doblaje de
Heidi, fue ella la que bautizó como Niebla al perro en homenaje al
de Rafael Alberti y Mª Teresa León. Siempre mantuvo su compromiso
político y sufrió la censura de algunos de sus trabajos. Estuvo
bastantes años sin publicar poesía, aunque sí hizo de antóloga en libros como Poesía femenina española 1950-1960, publicada en 1971, o en
2006, Mujer que soy. La voz femenina en la poesía social y
testimonial de los 50, publicada en Bartleby.
En los últimos años destaca la publicación de su
libro La voz perdida, prologado por Joan Margarit, en Visor.
Fosas
No dejéis que el silencio, como fría argamasa,
apague la memoria de
aquellos que quedaron
hundidos en la tierra, en la linde del alba.
No dejéis que sus huesos, pulidos por el barro
hundidos en la tierra, en la linde del alba.
No dejéis que sus huesos, pulidos por el barro
permanezcan
secretos. Izadlos como antorchas,
coronad con sus llamas el fuego que tuvimos
cuando todo era espanto, cuando todo era sombra.
Ellos fueron su amparo, su razón, su sentido.
coronad con sus llamas el fuego que tuvimos
cuando todo era espanto, cuando todo era sombra.
Ellos fueron su amparo, su razón, su sentido.
Recobradlos.
Traedlos hasta nuestro presente.
Dad al aire sus nombres como ramas crecidas
en la entraña secreta. Recordad que nos dieron
Dad al aire sus nombres como ramas crecidas
en la entraña secreta. Recordad que nos dieron
claridad
y conciencia. No dejéis que la muerte
señoree el olvido ni su luz aterida
pues de ella crecimos. Somos sólo su efecto.
señoree el olvido ni su luz aterida
pues de ella crecimos. Somos sólo su efecto.
Angelina
Gatell,
Noticia
del tiempo (Cien sonetos de ayer y de hoy), Ed.
Bartleby – Colección Poesía, 2004.
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