CASA DE MISERICORDIA
El padre fusilado.
O, como dice el juez, ejecutado.
La madre: la miseria, el hambre,
la instancia que le escribe alguien a
máquina:
Saludo al Vencedor, Segundo Año
Triunfal,
Solicito a Vuecencia poder dejar
a mis hijos
en esta Casa de Misericordia.
El frío del mañana está en la
instancia.
Hospicios y orfanatos eran duros,
pero más dura era la intemperie.
La verdadera caridad da miedo.
Como la poesía:
por más bello que sea, un buen poema
ha de ser siempre cruel.
No hay nada más. La poesía es hoy
la última casa de misericordia.
Joan Margarit, Casa de
Misericordia, Visor, 2015 (La primera edición fue
publicada en Edicions Proa, Barcelona, 2006).
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