La mañana, en Coruña,
se parte contra el ceño
de los acantilados.
Como de un huevo roto
lleno de sal de lluvia
salen, laxas, las horas.
Restalla el sol, a veces,
y tensa los segundos,
cadena de ancla atlántica
que me une al mediodía.
Se empapa la ciudad,
y el tiempo se desliza,
sobre su largo lomo
de babosa.
se parte contra el ceño
de los acantilados.
Como de un huevo roto
lleno de sal de lluvia
salen, laxas, las horas.
Restalla el sol, a veces,
y tensa los segundos,
cadena de ancla atlántica
que me une al mediodía.
Se empapa la ciudad,
y el tiempo se desliza,
sobre su largo lomo
de babosa.
Miguel Salas Díaz
La Luz
Hiperión, 2007.
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