24 de marzo de 1939
Con dieciséis años entró rapada
por la puerta, se hablaba de lo punki
que era la niña.
La abuela, que tan solo recordaba
su infancia y pesadillas de una guerra,
se echó a llorar
cuando reconoció a su hermana.
MARÍA SÁNCHEZ-SAORÍN, Herederas, Hiperión, 2022
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