LOS NIÑOS
Creo que en el Madrid de la posguerra,
cuando mis padres eran niños flacos,
hacía mucho frío en el invierno
y mucho más calor en el verano
de lo que soportamos hoy. Ahora,
como se ha suavizado nuestro clima,
nos licenciamos y tenemos coche,
alcanzamos las metas previsibles,
ganamos un buen sueldo y, sobre todo,
nuestros hijos son hijos deseados,
pensados, programados, protegidos.
A pesar de las ventajas tan palpables,
me parece que son menos felices;
creo que comen más y ríen menos
que aquellos niños flacos de posguerra.
AMALIA BAUTISTA, Cuéntamelo otra vez (1999), en Tres deseos (Poesía reunida), Renacimiento, 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario