DELIRIO
Disuelta la tarde
y en silencio el campo.
Los abejarucos
vuelan suspirando.
Los fondos deliran
azules y blancos.
El paisaje tiene
abiertos sus brazos.
!Ay, Señor, Señor,
esto es demasiado!
FEDERICO GARCÍA LORCA, Suites, en Obras completas I, Edición de Miguel García-Posada, Galaxia Gutenberg y Círculo de lectores, 1996.
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